Mixticidad

Un Pilar Fundamental de El Derecho Humano

Mixticidad

“Somos la mitad del mundo, ocupemos la mitad de la tierra, la mitad del cielo y la mitad del poder”

La mixticidad es un principio esencial en la construcción de una sociedad basada en la igualdad, el respeto y la justicia. En este sentido, la logia masónica "El Derecho Humano" ha sido desde su origen un referente en la reivindicación de la mixticidad como valor esencial para el progreso social. Lejos de ser una simple cuestión de representación, la mixticidad responde a la necesidad de un equilibrio real en todos los ámbitos de la vida: social, político, económico y filosófico.

A pesar de los avances logrados en las últimas décadas en materia de igualdad de género, la realidad nos muestra que aún existen importantes brechas y resistencias al cambio. La igualdad entre hombres y mujeres es una de las cuestiones con mayor actividad legislativa en la Unión Europea, pero la aplicación de estas normas sigue enfrentándose a estructuras profundamente patriarcales que frenan su desarrollo real.

La mixticidad no solo es una cuestión de derechos, sino también de enriquecimiento mutuo. Como afirmaba Marie Deraismes, fundadora de nuestra Obediencia, “ninguna Ley, ninguna Institución que no lleve el sello de la dualidad humana será viable o duradera”. La exclusión de uno de los sexos en la toma de decisiones y en la construcción del conocimiento limita el desarrollo de la sociedad en su conjunto y perpetúa modelos injustos de convivencia.

La logia "El Derecho Humano" nació con una vocación inequívocamente mixta, defendiendo desde sus primeros pasos la plena participación de mujeres y hombres en igualdad de condiciones. La masonería, como espacio de reflexión y acción, tiene la responsabilidad de seguir trabajando en la construcción de sociedades justas y equitativas, donde la mixticidad no sea una concesión, sino una realidad incuestionable.

Mixticidad

En el ámbito institucional, la lucha por la paridad debe continuar con firmeza. La historia ha demostrado que las sociedades que han apostado por la mixticidad en la toma de decisiones políticas y económicas han alcanzado mayores niveles de desarrollo y bienestar. Sin embargo, las resistencias estructurales al cambio siguen presentes, manifestándose en desigualdades salariales, falta de acceso a posiciones de liderazgo y en la persistencia de estereotipos que limitan las posibilidades de las mujeres.

En el ámbito social, es fundamental seguir combatiendo las actitudes y prácticas que perpetúan la exclusión y la discriminación. Como masones y masonas, tenemos la responsabilidad de impulsar una educación basada en la igualdad, fomentando el respeto mutuo y el reconocimiento del otro como un igual. La mixticidad no es solo una forma de organización, es una filosofía de vida que debe impregnar todas nuestras acciones.

Desde "El Derecho Humano", reafirmamos nuestro compromiso con la mixticidad como base de nuestra labor masónica y de nuestra contribución al mundo. La construcción de una sociedad más justa y equitativa requiere del esfuerzo conjunto de hombres y mujeres, trabajando codo a codo en la búsqueda del conocimiento, la justicia y la libertad.

Los desafíos son muchos, pero también lo es nuestra determinación. Como dijo Marie Deraismes en 1880: “Perseveremos en nuestros esfuerzos. Toda verdad tiene su hora. La Libertad es la condición de nuestro Ser”. Que la mixticidad siga siendo nuestra guía en la construcción de un futuro mejor.

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Apoyo económico o material

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Mujer y Masonería

El 1 de octubre de 2021 se conmemoraron noventa años de la aprobación del voto femenino en España, un hito fundamental en la lucha por la igualdad.

En aquel entonces, la diputada y masona Clara Campoamor protagonizó un intenso debate con su colega Victoria Kent, un enfrentamiento que trascendía lo personal para reflejar una cuestión crucial: la consideración de la mujer como ciudadana con plenos derechos. Hoy, el sufragio universal es un principio indiscutible en la mayoría de las democracias, pero en aquel momento, los intereses políticos a menudo primaban sobre la defensa de los derechos de las mujeres, relegando sus libertades en pos de estrategias partidistas.

A pesar de los avances logrados en estas décadas, la desigualdad sigue siendo una realidad en muchas partes del mundo. En países como Afganistán, Siria, Irak o Yemen, las mujeres continúan siendo víctimas de sistemas que les niegan incluso los derechos más básicos, desde el acceso al voto hasta la posibilidad de llevar una vida digna y plena. Pero incluso en naciones donde la igualdad formal está consagrada, persisten profundas brechas estructurales: la violencia de género, la desigualdad económica y el llamado "techo de cristal" que limita el acceso de las mujeres a posiciones de liderazgo en la academia, la empresa y la política.

En este contexto, la Orden Masónica Mixta Internacional El Derecho Humano (OMMIDH) recuerda y honra a todas aquellas mujeres que aún ven restringidos sus derechos por el simple hecho de ser mujeres. Esta institución, fundada en 1893 por Marie Deraismes y George Martin, nació con la vocación de garantizar la igualdad entre hombres y mujeres dentro de la masonería, superando la exclusión y la subordinación histórica de las mujeres en las logias.

Marie Deraismes no llegó a ver cumplido su sueño, pero su legado fue llevado adelante por George Martin, quien en 1894 estableció el primer Gran Consejo de la masonería mixta, con María Martín al frente. Hoy, la OMMIDH está presente en más de 60 países y cuenta con más de 35.000 miembros activos, extendiendo su influencia desde Europa hasta América, Asia y África.

En España, la Orden se instauró el 30 de marzo de 1923 gracias a Manuel Treviño, quien fue ejecutado en 1939 por el régimen franquista debido a su pertenencia a la masonería. La persecución durante la dictadura obligó a la organización a cesar sus actividades, pero con la aprobación de la Constitución de 1978, la Orden retomó su labor, reafirmando su compromiso con el progreso de la humanidad, la igualdad y la laicidad.

Gracias a esta iniciativa pionera, la presencia femenina en la masonería se volvió irreversible, inspirando a otras organizaciones a abrir sus puertas a las mujeres. Hoy, la lucha por la igualdad sigue vigente y la OMMIDH, como organización filosófica y filantrópica, mantiene su compromiso de trabajar por un mundo más justo, libre, equitativo y fraternal.

Luz Madroño

Libro Sagrado de la Masonería

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